8 mitos sobre el CV que muchos continúan creyéndose
En torno al currículum vitae, imprescindible para abrirse paso en el competitivo universo laboral, existen muchísimas creencias que, no por estar grabadas a fuego en el cerebro de la mayor parte de las personas, son 100% veraces. Mitos agarrados como garrapatas a los currículos hay muchos, pero estos que disecciona a continuación Inc. son particularmente persistentes (y embusteros):
Mito 1: Un currículum es una biografía con el foco puesto en el trabajo
La realidad: Un currículo es sobre todo y ante todo un documento con la mirada puesta en la venta (de uno mismo). El objetivo de un currículum no es hacer un aburrido relato de nuestra vida profesional, sino convencer a los responsables de recursos humanos de que de verdad merecemos una entrevista de trabajo.
Mito 2: La parte más importante de un currículum es la relativa a la experiencia profesional
La realidad: Lo más importante es nuestro propio potencial como empleados. Un buen currículum debe tratar de persuadir a los responsables de recursos humanos de que somos realmente la persona idónea para el trabajo ofertado. Y si bien es cierto que la experiencia profesional es un apoyo en esa labor de persuasión, no lo es todo ni mucho menos.
Mito 3: Un currículo debe describir los puestos de trabajo anteriormente desempeñados
La realidad: Nuestro currículum deben describir los resultados cosechados en todos y cada uno de nuestros empleos previos. Los resultados y no tanto los nombres de los cargos desempeñados (a veces totalmente vacíos de sentido y muy diferentes en cuanto a tareas asignadas en cada empresa) son lo verdaderamente importante a ojos del departamento de recursos humanos.
Mito 4: Un currículum debe mencionar los hobbies del candidato
La realidad: Los hobbies pueden hacernos perder puestos de trabajo. Es una crudísima realidad, pero lo cierto es que a la mayor parte de las empresas no les importan los hobbies de sus empleados. No quieren personas con intereses ajenos al trabajo. Quieren “workaholics” (que lo parezcan al menos).
Mito 5: Un currículum debe ser actualizado con regularidad
La realidad: Un currículum no hay que actualizarlo, hay que personalizarlo. Un currículo estándar, por muy actualizado que esté, obliga a los responsables de recursos humanos a identificar entre la generalidad reinante aquello que realmente les interesa. Por eso, los currículos personalizados y diseñados ad hoc (pensando en la empresa que los va a recibir) destacan inevitablemente entre la multitud.
Mito 6: Un currículum debe ser exhaustivo
La realidad: El currículum deber ser relevante. Listar en un currículo todos y cada uno de los empleos que hemos desempeñado a lo largo de nuestra vida (aunque no tengan nada que ver con el puesto de trabajo al que optamos) puede resultar claramente contraproducente.
Mito 7: Un buen currículo basta para conseguir un empleo
La realidad: El currículum es necesario pero no suficiente. Detrás de la mayor parte de las entrevistas de trabajo hay contactos. Y el currículo se entrega habitualmente después de conseguir los contactos.
Mito 8: Un currículo debe tener una sola página
La realidad: Muchas empresas se limitan a consultar el perfil en LinkedIn del candidato. Por esta razón, no tiene demasiado sentido agarrarse como un clavo ardiendo a la vieja máxima de que un currículum no debe ocupar más de una página. Eso sí, tampoco eso es excusa para andarse por las ramas en LinkedIn, donde los responsables de recursos humanos desean toparse con perfiles claros y concisos.
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